Fuente: / metrolibre.com
A sus 8 años de edad, Xavier Samudio logró tocar la campana que certifica que venció el Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que se forma en los ganglios linfáticos.
“Me sentí triste y pensé que no me iba a recuperar. Yo sentía que la enfermedad era muy pesada, muy incómoda, no podía compartir con mi familia”, dijo Xavier, quien sueña con ser un jugador de fútbol.
Contó que las constantes fiebres y resfriados no lo dejaban ir a la escuela, pero su hermano mayor, Jafeth, siempre fue su motor de aliento para seguir adelante. “Cuando íbamos a la quimio, yo lloraba, y mi hermano me decía que no llorara, que la vida era una y que había que gozarla y disfrutarla. En las quimios yo hice amigos y muchas cosas”, rememoró.
“Nuestra vida cambió por completo. Todo inició con una inflamación en los ganglios”, explicó Yensi Martínez Cerrud, madre de Xavier.
“A él le salió una pequeña bolita en el cuello que fue creciendo, lo llevé al médico, porque soy de las mamás que si ve algo raro, de una vez corre al médico. En los exámenes no salía nada fuera de lo normal, pero la bolita seguía creciendo, hasta que le dio fiebre, y lo llevé al HEPOTH (Hospital de Especialidades Pediátricas) de Vía España y entonces ahí me lo internaron”, detalló.
En enero le hicieron una biopsia, y ya en febrero, le detectaron que era cáncer linfoma de Hodgkin, e inició de una vez el tratamiento.
Al detectar a tiempo el cáncer, el tratamiento demoró seis ciclos, que empezaron en febrero, durante siete meses de quimioterapia Xavier tuvo que pasar por un proceso de 20 sesiones de radioterapia para superar la enfermedad. “Cuiden mucho a sus niños, cualquier cosa diferente que vean en sus hijos que no es normal, llévenlos al médico. Todo lo que se detecta a tiempo puede salir bien y se logra en un proceso más corto, y esto fue lo que a nosotros nos ayudó”, puntualizó Martínez.
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