Cada año, el 25 de julio, la ciudad de Santiago se engalana para celebrar a su santo patrono.

La festividad del Apóstol Santiago es una tradición en el pueblo veragüense de hace mucho tiempo.

Desde la época de los conquistadores españoles, está figura ha estado presente en Panamá. Así de antigua es la devoción y veneración que se le tiene al apóstol. Lo que le convierte en una de las festividades religiosas más grandes y seguidas del país.

Muchos devotos hacen peregrinaciones a la Catedral y lugares asociados con el Apóstol Santiago. Estas peregrinaciones son una expresión de fe y compromiso religioso, donde los participantes buscan fortalecer su conexión espiritual con el santo.

Según Jair García, miembro del grupo de comunicación de la Parroquia Catedral Santiago Apóstol, durante la novena se realizan peregrinaciones desde distintos puntos de la ciudad con diferentes abanderados. La iglesia confecciona una distinción para condecorar a empresas, entidades, deportistas y familias que aportan su granito de arena en apoyo a la parroquia, en cualquier aspecto, durante el año.

Los abanderados salen cada noche en dirección a la Catedral, con la imagen de Santiago Apóstol Peregrino, imagen que fue traída entre 2009-2010, por un descendiente de Cristóbal Colón y posteriormente, obsequiada a la Catedral Santiago Apóstol. De igual forma, se regaló una a la parroquia de Natá, que también tiene como nombre al Apóstol Santiago.

Jair García revela una peculiaridad de la celebración de este año. Indica que este año en la celebración, la procesión será realizada el 24 en la noche. ‘’Años antes la celebración de la procesión también era en la noche y fue pasada a realizarse en el día los últimos años, por el choque que había de la procesión con la fiesta de calle. El santo iba en medio de los bailes, fiestas y actividades folclóricas.’’ Por ende, las fiestas de calle, conocidas como ‘’Las Patronales de Santiago’’ serán realizadas el fin de semana siguiente después de la última procesión, decisión en consenso con la junta de festejos, la municipalidad de Santiago y la iglesia.

El científico veragüense Ibis Sánchez Serrano recuerda que hace dos décadas atrás las fiestas eran distintas; hoy en día han cambiado su naturaleza. Antes era una fiesta más de pueblo o del campo, donde la gente solía vestirse para la ocasión. Con botas, camisas de cuadros, jean y sombrero panameño.

En la central había juegos de azar, como ruletas y bingos. Se vendían manzanas dulces, enconfitadas y otras comidas. Se organizaban corridas de toros y cabalgatas, también, murgas y tunas. Una festividad totalmente dirigida a la gente del campo y así había sido históricamente, así lo hizo saber el doctor Ibis, oriundo de Santiago de Veraguas.

‘’Ahora es más parecido a un carnaval, con culecos, gente borracha y una distinta forma de vestir. Una fiesta completamente desatada, que nada tiene que ver con el apóstol’’, indica el reconocido científico.

Este año se planea regresar a la parte tradicional de la festividad, más parecida a como era antes, una fiesta de campo. Al pensar del doctor, es muy complicado, ya que los tiempos y los gustos han cambiado, la demografía cambia y la juventud de hoy en día tiene otros gustos. ‘’Está fiesta mueve la economía y es difícil un cambio, por el tema de gustos de los jóvenes, a los que le llama la atención la parranda y el desenfreno’’.

La festividad del Apóstol Santiago también es una ocasión para promover la cultura y las tradiciones panameñas. Se organizan exposiciones de arte, presentaciones de danza y teatro, y otros eventos culturales que resaltan la riqueza del patrimonio nacional.

Más allá de su significado religioso, la festividad del Apóstol Santiago representa una importante expresión de la identidad cultural del país. Es una celebración que reúne a personas de todas las edades y orígenes, fortaleciendo los lazos de comunidad y transmitiendo las tradiciones de generación a generación.

A lo largo de más de 400 años, la festividad del Apóstol Santiago se ha convertido en un elemento fundamental de la identidad veragüense. A pesar de los cambios y las nuevas tendencias, esta tradición sigue viva y adaptándose a los tiempos sin perder su esencia.